12 noviembre, 2005

ORÍGEN Y ADIVINACIÓN DE RUNAS


¿Romanas, griegas, etruscas, nórdicas, arias?

Mucho han discutido los académicos acerca del origen del Futhark o alfabeto rúnico. No hay datos de los orígenes, exceptuando algunos pocos vestigios arqueológicos del período en el que fueron empleadas por primera vez. Sin embargo existen hoy varias teorías alternativas. Por 1870, un estudioso danés, L.F.A. Wimmer sugirió que las runas tenían sus orígenes en el alfabeto romano. Según su teoría, habían sido creadas como código críptico. Más tarde, en 1938, Sigurd Agrell continuó esa teoría afirmando que las runas habían derivado de la escritura manuscrita del Latín, sin embargo su teoría no tuvo muchos adeptos, y nuevas teorías aparecieron. En 1904 O. von Friesen sugirió que las runas habían derivado del alfabeto griego. Su teoría mantenía que los Godos habían sido los primeros en usarlas, pero no logró conseguir evidencia que apoyara su afirmación. La teoría mas probable, sustentada con evidencia de restos arqueológicos es la de CJS Marstrander y M Hammarstom, dada a conocer en 1828 y 1930 respectivamente. Ambos afirmaban que las runas derivaron del norte de Italia, de un alfabeto etrusco. La fecha, aunque no se ha podido comprobar aún, se calcula entre los años 250 y 150. La idea de que las runas provenían de los etruscos fue aceptada, aunque durante la el período nazi, los revisionistas históricos alemanes y austriacos la rechazaron violentamente, afirmando que las runas eran exclusivamente nórdicas y arias, y que habían nacido en la tierra del norte llamada Thule. Afirmaron además que las runas eran la muestra más antigua de escritura en la tierra y que los alfabetos romano y griego habían derivado de ellas. A pesar de todas estas teorías, probablemente lo que más se ajusta a la verdad es que las runas no tienen un origen único, que muchos de los caracteres que más tarde se convirtieron en runas, ya existían como signos individuales y que fueron conjugándose hasta lo que hoy se conoce como los diferentes Futharks.

La adivinación


Tradicionalmente los alfabetos occidentales surgieron como un medio para describir la realidad de manera mágica. Muchos alfabetos antiguos tienen profundas connotaciones simbólicas, como representación del enorme poder de la palabra. En los alfabetos hebreo, griego, gótico, galés, bardo galés, y Ogham (antiguo alfabeto irlandés y británico) cada caracter tiene un nombre que refleja su sonido, que a su vez tiene una serie de significados simbólicos. La primera referencia histórica al arte de la adivinación en la Europa del norte aparece en el año 98. En Germania, el autor romano Tacitus da una descripción de los pueblos germánicos y del arte adivinatorio. Cuenta Tacitus que la técnica era muy simple. Cortaban una rama de un árbol frutal en pequeños trozos, grababan símbolos en cada uno de ellos y los desplegaban sobre un lienzo, para luego ir interpretando los significados de los trozos escogidos al azar. La práctica sigue usándose en la adivinación de las runas hasta hoy en día.