07 diciembre, 2005

HISTORIA DEL ARBOL DE NAVIDAD


Tiene sus orígenes en la antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. (lo que explica la costumbre de poner a los árboles luces). Era también símbolo de la vida, por no perder en invierno su verde follaje cuando casi toda la naturaleza parece muerta (siempre se trata de árboles perennes como el pino o el abeto). En algunas casas en los países nórdicos durante el invierto se cortaban algunas ramas y se le decoraba con pan, fruta y adornos brillantes para alegrar la vida de los habitantes de la casa mientras transcurría el invierno.
El árbol en sí tiene varios significados religiosos ya que ha sido utilizado como símbolo de la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre. Las tribus nórdicas europeas y americanas y algunos grupos como los druidas, tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios.
Se cuenta que un misionero inglés en Alemania, en el siglo VII, comprendiendo que era imposible arrancar de raíz esta tradición pagana, la adoptó dándole un sentido cristiano, haciendo que el árbol adornado fuera también un símbolo del nacimiento de Cristo. Algunos otros hablan que Martín Lutero fue quien introdujo esta costumbre al adornar con manzanas un árbol para tratar de explicar los dones que los hombres recibieron con el nacimiento de Jesucristo.
Los primeros documentos que nos hablan de la costumbre de colocar en Navidad árboles de abeto o de pino en las casas son del s. XVII y menciona a la región de Alsacia, tierra que se encuentra como Alemania y Francia. En los países nórdicos, en el s XVI, se empiezan a reunir las familias en torno a un árbol de Navidad. El día 24 los niños eran llevados a pasear o de día de campo, mientras los adultos colocaban y decoraban con dulces y juguetes el árbol; a su regreso los niños eran sorprendidos con el árbol y así daba inicio la celebración de la fiesta de Navidad. Esta costumbre cobra fuerza y se extiende como moda cuando la Reina Victoria de Inglaterra para celebrar la Navidad hace colocar un árbol en el palacio decorándolo con velitas que hacen relucir una serie de bellos y finos adornos.
El Arbol como símbolo
El árbol de la vida es un importante símbolo en casi todas las culturas. Con sus ramas hacia el cielo y las raíces en la profundidad de la tierra habitan en el cielo, tierra y el mundo inconsciente o subterráneo siendo un símbolo femenino brindando sustento, apoyo y protección y masculino a la vez por ser un símbolo fálico lo cual permite brindar y crear la vida.
En la mitología nórdica, Yggdrassil (árbol del que se colgó Odín para recibir el conocimiento rúnico) tiene sus raíces en el submundo mientras sus ramas sostienen a los dioses.
En los egipcios el sicamoro sagrado está al umbral de la vida y la muerte conectando los dos mundos. En los Mayas es el Yaxche que en sus ramas sostiene el cielo.
También los árboles que pierden sus hojas están simbolizando el eterno retorno, la vida y la muerte y la resurrección representada en varios dioses: Jesus, Attis y Osiris.
Al contener frutos y semillas en continua regeneración es símbolo de inmortalidad. Es el fruto el que confiere en la religión judía inmortalidad de la creación. En los taoístas es el durazno sagrado que proporciona este don. Odín, como mencionábamos arriba recibe el lenguaje luego de haberse colgado del Iggdrassil. Este hecho tiene un interesante paralelismo con la carta de Tarot del colgado que simboliza la crucifixión y el aprendizaje y fortaleza que le sigue. En la católica el fruto da el conocimiento. O sea, siempre está el aspecto de aporte de dones y poderes especiales en todas las religiones.
También vemos el árbol invertido tanto en la kabbalah como en el Bhagavad Gita representando el crecimiento espiritual, así como el sistema nervioso humano simbolizando el árbol cósmico con sus ramas expandiéndose a lo largo del cuerpo
También se asocia el árbol a los ancestros o entidades de otros mundos (como en la pelicula infantil de Pocahontas y abuela árbol que cuenta la historia).
En la mitología celta existe de hecho “el hombre verde” representante de la deidad de la vegetación que provee refugio, curación a través de sus plantas y hierbas, sabiduría y prosperidad.
Significado del Árbol de Navidad
Para los hombres los árboles tienen un significado muy especial. En todas las culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado antropológico, místico y poético. Se le tiene cierta reverencia por los beneficios que aporta al hombre. Para algunas culturas el árbol tiene un significado místico ya que representa el medio la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre. Es muy común el que los árboles estén relacionados con la fecundidad, el crecimiento, la sabiduría y la longevidad.
Para la religión católica, Dios se ha valido de la forma en que los hombres ven a los árboles para dar a conocer su plan de salvación particularmente cuando se trata del misterio de la encarnación del hijo de Dios para salvar al hombre. En primer lugar se asocia al árbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio del Jardín del Edén y después de la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad Dios. Por el nacimiento de Cristo, los hombres renacen y tienen acceso a la plenitud de la vida. El árbol de Navidad representa el haber recobrado dichos dones gracias al sacrificio de Jesucristo.
Los adornos del árbol y las luces que se encienden representan el nuevo estado paradisíaco que el amor de Cristo nos prepara. En la Biblia, el árbol aparece como un símbolo de la Vida, árbol que Dios coloca en medio del Paraíso como fuente de la inmortalidad (Gen 2, 9,3,22). Pero el árbol puede también simbolizar la falsa sabiduría, la soberbia y la muerte cuando el hombre se aparta de Dios (Gen 2, 16-ss) seducido por la apariencia engañosa de este árbol y comiendo su fruto (gen 3, 2-6).
Pero Cristo vino no únicamente a los hombres, vino como cabeza de una nueva creación, renovando todo lo que estaba caído. La presencia de Cristo responde al anhelo de la creación para ser liberada de la esclavitud y de la destrucción. Por eso el árbol de Navidad representa esa naturaleza restaurada y engalanada para recibir a su redentor; el árbol perennemente verde quiere saludar en nombre de la naturaleza renovada a su Dios y salvador.
El árbol de Navidad también representa ese árbol que nace y que con el tiempo madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz que tal como nos recuerda la liturgia del Viernes Santo: "Cruz amable y redentora, árbol noble y espléndido , ningún árbol fue tan rico ni en frutos ni en flor". Podemos decir que de alguna manera el árbol de Navidad nos recuerda la redención. Las luces representan la luz de Cristo en nuestra vida. y la estrella que en algunas ocasiones se coloca en la punta representa a la estrella de Belén que anuncia la redención a la humanidad.
Como símbolo cristiano el largo del árbol es la espera de la llegada de Jesucristo el que estaría representado por la estrella en lo alto del mismo y los adornos son las gracias, dones y sabiduría o iluminación (en caso de velas es claro) que la llegada de Cristo nos da al llegar a nuestro corazón.
¿Cómo se decora?
De acuerdo a la tradición druida, durante la festividad pagana del sol se colgaban cabezas de oso, o de los guerreros enemigos, en el árbol sagrado, que solía ser un encino o un pino.
En los países nórdicos, el árbol de Navidad se decora con ángeles y gnomos.
En Japón, el árbol lleva en sus ramas muñecas, adornos de papel, abanicos y sonajeros.
En China, en lugar de pinos se utilizan naranjos, símbolos de felicidad en esta cultura.
Desde hace medio siglo, cada año los noruegos envían un enorme árbol de Navidad a Inglaterra en agradecimiento por la ayuda recibida durante la Segunda Guerra Mundial. El árbol se instala en la plaza de Trafalgar.
Por otra parte, la estrella que se le coloca en la punta de los árboles de Navidad, tiene su origen en Filipinas. Allí se elaboran antorchas en forma de estrellas de cinco puntas, que iluminan la entrada de los hogares.
¿Quién es realmente Papá Noel o Santa Claus?
A este personaje patriarcal, tierno y protector, que reparte regalos a los niños de toda condición hoy se le llama Santa Claus, Father Christmas, Sinterklaas, Papá Noel, Baboo Natale… Ayer se denominaba San Nicolás. Y mucho antes aparecía con el nombre de Señor Invierno por los caminos nevados de los pueblos centroeuropeos. Pero más atrás aún en el tiempo, se celebraba con la advocación de Saturno entre los romanos y Cronos entre los griegos.

Sin embargo, el único Papá Noel de carne y hueso del que se tiene noticia vivió en el siglo cuarto en Asia Menor en los valles de Lycia (Turquía) y fue obispo de Myra durante el cuarto siglo. Mientras el vivía los cristianos eran perseguidos por su fe. Desde pequeño dio muchas muestras de fe en Dios y al heredar el dinero de sus padres que murieron de peste cosa muy común en esa época, lo donó a gente necesitada en secreto. Al gastar todo su dinero decidió convertirse en monje y muchos lo querían. Tenía un tío que era obispo y este lo consagró como sacerdote. Al morir sus padres atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio. Después quiso visitar la Tierra Santa donde vivió y murió Jesús, y al volver de allá llegó a la ciudad de Myra (en Turquía) donde los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, porque el anterior se había muerto. Al fin dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". Y en ese momento sin saber esto, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Por eso se le llama San Nicolás de Myra.
Tenía poderes especiales de calmar tormentas, ayudar a niños y multiplicar la comida y provisiones. Murió un 6 de diciembre del 343 y fue enterrado en su catedral pero cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa ciudad se obtuvieron tan admirables milagros al rezarle a este gran santo, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en su honor
Sus reliquias despiden una fragancia a mirra que dice que cura cualquier persona que se unte con ella.

Proceso de transformación: de San Nicolás al Papá Noel de hoy

En la Roma Antigua se celebraban en invierno las fiestas religiosas en honor a Saturno, el Cronos de los griegos. A mediados de diciembre había ceremonias religiosas, fiestas, juegos, las relaciones de autoridad se invertían (las mujeres sobre los hombres, los hijos a los padres). Al final de las fiestas, los niños recibían regalos de todo el mundo. Papá Noel no tenía por entonces un nombre ni un sexo definido. Los niños italianos, por ejemplo, recibían sus regalos de una bruja buena llamada Befana. En los bosques vascos quien venía con regalos era un gigante llamado Olentzero, y también carboneros, duendes, campesinos de barba blanca, botas altas y gorro de armiño eran los que regalaban cosas a los niños.
No es extraño que el recuerdo de los milagros de San Nicolás entre los fieles cristianos sustituyera a las figuras paganas portadoras de regalos.
La transformación de San Nicolás en Papá Noel debió ocurrir en 1624. Por aquellas fechas, emigrantes holandeses habían fundado en el continente norteamericano una ciudad, Nueva Holanda, que más tarde se denominaría Nueva York al pasar a manos inglesas. Los emigrantes holandeses se trajeron con ellos a su San Nicolás (Sinterklaas) y de ahí Santa Claus. Con ese nombre se extendió por todo el continente norteamericano.
Pero quien realmente popularizó la imagen de Papá Noel fue el emigrante Thomas Nast. Él se había hecho muy famoso como caricaturista político. En 1863 se le ocurrió la idea de crear un personaje especial para sus historietas navideñas en el Harper's Weekly. El éxito fue arrollador y una nueva imagen de Papá Noel, vestido de rojo, con gorro y botas altas saltó a todas las revistas infantiles y periódicos de su tiempo. Nast debió basarse en los señores del invierno europeos porque su Papá Noel es absolutamente pagano, pero poco tenía ya que ver con San Nicolás de Myra y Bari.